Filosofía
La filosofía (del latín philosophĭa, y este del griego antiguo φιλοσοφία, 'amor por la sabiduría')1 es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje.2 3 Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, la mitología y ciertas formas de religión por su énfasis en los argumentos racionales,4 y de la ciencia experimental porque generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante la especulación, el análisis conceptual, los experimentos mentales u otros métodos a priori, sin excluir una reflexión sobre datos empíricos o sobre las experiencias psicológicas.
La tradición filosófica occidental comenzó en la Antigua Grecia y se desarrolló principalmente en Occidente.5 El término «filosofía» es originario de Occidente, y su creación ha sido atribuida al pensador griego Pitágoras.6 Su popularización se debe en gran parte a los trabajos de Platón y Aristóteles. En sus diálogos, Platón contrapuso a los filósofos con los sofistas: los filósofos eran quienes se dedicaban a buscar la verdad, mientras que los sofistas eran quienes arrogantemente afirmaban poseerla, ocultando su ignorancia detrás de juegos retóricos o adulación, convenciendo a otros de algo infundado o falso, y cobrando además por enseñar a hacer lo mismo.5 Aristóteles, por su parte, adoptó esta distinción de su maestro, extendiéndola junto con su obra a toda la tradición occidental posterior.
La filosofía occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente influida por la ciencia, la religión y la política occidentales.7 Algunos conceptos fundamentales de estas disciplinas todavía se pueden pensar como conceptos filosóficos. En épocas anteriores, estas disciplinas eran consideradas parte de la filosofía. Así, en Occidente, la filosofía era una disciplina muy extensa. Hoy, sin embargo, su alcance es más restringido y se caracteriza por ser una disciplina más fundamental y general que cualquier otra.
EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO
LOS TIPOS DE PENSAMIENTOS.
Pensamiento arcaico.
El hombre, desde siempre, ha necesitado saber cómo orientarse en el mundo, encontrar explicaciones sobre lo que pasa en él y tener una idea sobre sí mismo.
El pensamiento arcaico constituye una serie de interpretaciones en las que el hombre confiaba hace unos 2500 años: la fe, la imaginación, la importancia de la tradición; es decir, creían en cosas que no habían visto pero en las que sus antepasados también se apoyaban y que, además no se podían demostrar. Afirma que todos los hechos son producidos por los dioses y, por tanto, no los analiza para llegar a una explicación razonable.
Tiene las siguientes carácterísticas: es un pensamiento infundado, es decir, no demuestra lo que afirma; es también acrítico, no le importa que el camino que sigue para llegar a una conclusión sea adecuado o no; es de carácter antropomórfico, por tanto cree que el mundo y todo lo que ocurre en él es por la acción de los dioses; y, por último, es un pensamiento emocionalmente comprometido ya que los hombres no pueden explicar los hechos sin recurrir a los dioses puesto que se ven en un compromiso.
Pensamiento racional.
Aparece en el siglo VI a. C. cuando los primeros filósofos y científicos griegos comienzan a valorar y utilizar la razón para interpretar la realidad y dar respuesta a los enigmas que plantea. Entonces, la única diferencia que había entre ciencia y filosofía era el objeto de su estudio; sin embargo, el modo de hacerlo era el mismo: el razonamiento que no tenía en cuenta la observación, es decir, que lo que percibían los sentidos no era fiable.
1.2.1. El saber científico.
Se ocupaba de “parcelas” de la realidad y sus rasgos más característicos son: que es un saber regional, sectoria, que se ocupa de partes de la realidad; es crítico ya que analiza ese sector de la realidad para llegar a una síntesis, pero limitadamente porque se basa en hipótesis; es riguroso puesto que confirma sus afirmaciones mediante experimentos; es intersubjetivo y transmisible, es decir, cualquiera puede experimentar para confirmar teorías y darlo a conocer; y, por último, es aprovechable ya que gracias a él el hombre puede intervenir en la naturaleza y manipularla.
1.2.2. El saber filosófico.
La filosofía se ocupaba de la “realidad como un todo” y sus características principales son: que es un amor al saber, al conocimiento; también es universal ya que se ocupa de todo cuanto hay; es crítica, pero con un nivel más profundo que la ciencia puesto que no se basa en supuestos y critica los que la ciencia ha aceptado sin explorar; es radical, es decir, se preocupa del sentido que puedan tener las cosas para dar respuestas a los enigmas planteados por el hombre; es de segundo grado porque su esfuerzo supone el trabajo previo de las ciencias, y totalizadora ya que se preocupa por superar la razón especializada de cada una de ellas.
2. REFLEXIONES SOBRE LA RACIONALIDAD.
2.1. La racionalidad científica.
Se caracteriza por su exactitud y rigor ya que se ocupa de problemas prácticos.
La ciencia no recoge de manera exacta lo que es la realidad sino que proporciona un conocimiento simbólico de la misma, sólo entra en contacto con la realidad a través de los experimentos. Además, algunos descubrimientos asombrosos de la ciencia, no pueden llevarse a cabo porque serían considerados inmorales y sin sentido.
2.2. La racionalidad filosófica.
Aunque se pueda pensar que la filosofía no es útil, no es así, ya que las necesidades del hombre no son sólo materiales: es imprescindible para nosotros puesto que no estamos programados y tenemos que decidir continuamente; y para criticar los supuestos de las ciencias que pueden llegar a ser descabellados si se aplican a la realidad. Además, nos ayuda a orientarnos racionalmente en el mundo.
3. CORRIENTES HISTÓRICAS DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO.
Las diferentes corrientes filosóficas son consecuencia de la amplitud y profundidad de su racionalidad y mantienen posiciones diferentes debido al momento histórico donde se situan, ya que les proporciona una visión determinada de la realidad.
3.1. La filosofía naturalista o realista.
Es la mayoritaria desde el nacimiento de la filosofía (siglo VI a. C.) y se basa en la idea de que lo que existe son las cosas que componen la naturaleza. Además afirma que lo primero que vemos de algo, lo inmediato, es la apariencia y que, por lo tanto, la auténtica realidad no está explícita. Esta filosofía es intelectualista, es decir, piensa que la realidad tiene una estructura que los humanos podemos comprender, conocer y llegar a descubrir.
Platón es el filósofo que mejor representa esta forma de pensar como bien demuestra en su alegoría de la caverna, per es con Aristóteles con quien alcanza su formulación más perfecta. Éste se convertirá más tarde en el mejor filósofo y científico de la edad media.
3.2. La filosofía idealista o racionalista.
Se inicia en el siglo XVII con Renato Descartes pero alcanza su apogeo con Hegel en el XIX y consiste en reducir toda la realidad al pensamiento.
El hombre de esta época es precavido y tiene miedo al error ya que ha vivido el fracaso de una ciencia que había estado presenta durante más de veite siglos. Por eso establece el método a seguir antes de ponerse a pensar.
Descartes proporne utilizar las matemáticas para conseguir una filosofía sin errores siguiendo un método basado en: partir de evidencias, es decir, algo cuyo contenido se tiene que aceptar necesariamente; analizar o descomponer en el mayor número de partes la dificultad en cuestión; sintetizarla también yendo de lo simple a lo complicado; y, para terminar, numerar estos dos últimos pasos para no omitir nada.
Para este filósofo la única verdad que existe con toda seguridad y que está libre de errores es el pensamiento. Sin embargo, Hegel afirmaque la única realidad existente es la idea y que lo material es un simple momento de su desarrollo.
3.3. La filosofía empirista.
Su fundador es John Locke en el siglo XVII pero su mejor momento llega con David Hume en el XVIII y se preocupa fundamentalmente por señalar los límites destro de los que ha de estar la razón humana para no errar.
Los hombres de esta época son modernos, precavidos y cautos, y para ellos la filosofía consiste en establecer cómo hay que pensar para no equivocarse.
Locke propone analizar el origen de un contenido mental para probar su validez y, si éste viene de la experiencia sensible, será válido; sino, no valdrá. Por otra parte, Hume hace que el empirismo alcance un escepticismo psicológico total, es decir, una afirmación de que el hombre no puede alcanzar la verdad y que, por tanto, todo lo que piensa son sólo opiniones. Para él lo único que existe realmente son las “cualidades”.
0. PENSAMIENTO FILOSÓFICO ACTUAL
Al finalizar el presente capítulo, el lector estará en posibilidad de:
- Reconocer y diferenciar el existencialismo de la fenomenología y de la filosofía analítica.
- Explicar los alcances positivos y negativos del positivismo ubicando el doble papel de Wittgenstein.
- Descubrir y explicitar el papel de los filósofos nuevos, la pragmática universal y la hermenéutica trascendental
Al referirnos a la filosofía del presente, pensamos en la filosofía de siglo XX. Pues hacia 1900 surgen nuevas tendencias que marcan la historia. Así encontramos tres grandes agrupamientos que diferencian las posiciones filosóficas, singularmente típicas en la filosofía del presente:
- Las posiciones de orientación fenomenológica, entre las que se cuentan: la fenomenología clásica, el existencialismo y la filosofía heremenéutica.
- Las posiciones de orientación positivista, entre las que encontramos el neopositivismo, el racionalismo crítico así como una pluralidad de posiciones lógico-empíricas y lingüísticas en el marco de la denominada filosofía analítica.
- Las posiciones de orientación marxista, en la cual entran múltiples formas de neomarxismo, como de marxismo-leninismo en algunos Estados de orientación marxista que van perdiendo piso a nivel general, debido a múltiples circunstancias. Nosotros abordaremos luego el papel cumplido por los filósofos nuevos.
Con todo, los tres agrupamientos no abarcan todo el espacio de la filosofía. Pues dentro y fuera de tales agrupamientos hay una variedad de posiciones que siguen a los grandes pensadores de la tradición apropiándose de sus ideas y desarrollándolas. Así, también hoy se habla de los platónicos, aristotélicos, agustinianos, tomistas, kantianos y hegelianos. Entre los movimientos renovadores más importantes de las grandes posiciones tradicionales se cuentan sobre todo, el neopositivismo, el neokantismo y el neotomismo.
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